Como decíamos en la Hoja Informativa de septiembre, el proceso
negociador, tanto en el contenido como en las formas, no nos gusta nada.
Tras nueve reuniones de la mesa negociadora, siguen sin concretarse
asuntos tan importantes como el mantenimiento de la ultractividad del
IV convenio (La del III queda claro); el blindaje sobre las reformas
laborales: despidos por absentismo, descuelgue patronal; ampliación y
equiparación de derechos retribuidos, concurso de traslados y un largo
etc. De la cuestión monetaria aún no se ha hablado nada. Y lo curioso es
que aparcando todos estos puntos, las últimas tres reuniones se han
centrado en exclusiva en la consolidación de empleo. La empresa está
decidida a realizar una convocatoria antes de fin de año. En la reunión
del 29 presentó su último borrador: retiran el límite de tres años de
antigüedad para puntuar en los méritos, la entrevista y la prueba
física, pero mantienen un baremo en el que la formación va a tener un
peso importante y no se despeja la duda del alcance (nº de plazas) del
proceso en cada provincia. Es inaudito que sin haber solucionado con
anterioridad el problema del personal fijo-discontinuo y el de la gente
desplazada que esperan el concurso de traslado como agua de mayo, se
esté hablando únicamente de la consolidación, cuando llevamos años en
los que pérdida de empleo (falta de contratación y dimensionamientos
abusivos) ha sido el caballo de batalla de los sindicatos de clase y de
la plantilla en Correos. ¿Que se traen entre manos? ¿Llaman
consolidación a cambiar empleo estable y de jornada completa por la
contratación de personal fijo discontinuo y a tiempo parcial? Eso parece
ya que quienes finalmente superen todos estos obstáculos se verán
obligadas a aceptar el contrato que les toque, aunque sea discontinuo o a
tiempo parcial.
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