jueves, 17 de febrero de 2011

SOBRE LAS ÚLTIMAS PROPUESTAS DE LA EMPRESA




SOBRE LAS ÚLTIMAS PROPUESTAS DE LA EMPRESA


Parece que la negociación colectiva se va desbloqueando. Tras dos años de propuestas infumables que no
permitían ningún margen de acuerdo, en las dos últimas reuniones (23 de diciembre y 8 de febrero)

Correos ha dado algún paso que denota un cierto cambio de actitud.

No obstante, las últimas propuestas siguen siendo insuficientes, además de que todavía no han puesto

negro sobre blanco todo lo referente a retribuciones y siguen estando en el alero (más allá de rumores que

no sabemos qué fundamento tienen) los tramos del personal laboral (y del personal funcionario si el

acuerdo acaba ligándolos al absentismo) o la despenalización del CPA.

Este cambio de actitud de Correos no ha caído del cielo. Las movilizaciones del año pasado pusieron

encima de la mesa el malestar de buena parte de la plantilla (aunque alguno dirá que es cosa suya porque

han sido muy firmes... en los despachos y en los pasillos).

La incertidumbre sobre nuestro futuro, la reducción salarial que ha sufrido una parte del personal, los

tramos que con total descaro Correos adeuda a la otra parte, los sangrantes descuentos por absentismo en el

CPA o el oscurantismo en la normativa de contratación son el fundamento de nuestras quejas. El riesgo de

que vuelva a prender la mecha de la movilización ha abierto el melón de la negociación.

Pero no está todo ganado, ni mucho menos. Sólo tenemos que recordar anteriores acuerdos en los que la

“negociación” fue el instrumento por el cual la Dirección de Correos conseguía imponer sus criterios.

Una cosa es que en un proceso negociador las partes tengan que dejar algún pelo en la gatera y otra, y en

Correos lo hemos vivido recientemente, es que el saldo sea claramente favorable a los intereses de la

empresa.

De las últimas propuestas de Correos queremos resaltar algunos aspectos que nos parecen especialmente

peligrosos.

Sistema de selección del personal temporal

A nuestro juicio, las propuestas de la empresa en este tema no mejoran la actual normativa de contratación,

sino que la empeora en aspectos importantes:

1. Las bolsas de empleo seguirán teniendo un número limitado de candidatos/as y se mantiene el

sistema de rotación que ha precarizado el empleo y hecho incontrolable el sistema de contratación.

2. Siguen limitando la pertenencia a sólo dos bolsas de empleo, lo que se ha demostrado perjudicial

para el personal eventual. Empeora la normativa actual porque elimina la posibilidad de acudir a las

bolsas colindantes en caso de insuficiencia de candidatos/as, contratándose directamente por

Correos o a través de los servicios públicos de empleo. Además, no habrá bolsas de empleo para

rurales, por lo que en el ámbito rural se contratará a quien y como les dé gana y sin control

sindical.

3. Se endurecen los requisitos de acceso y los motivos de decaimiento de las bolsas:

a) Una persona no podrá acceder a bolsas o decaerá de todas ellas si no ha pasado o pasa el

periodo de prueba, aunque sea en puestos de trabajo diferentes.

b) En cualquier momento podrá haber una evaluación en el desempeño de los puestos y si

ésta es negativa, se decaerá de todas las bolsas. No se establece ningún control sindical, sólo

una información posterior a la Comisión de Empleo de la Zona correspondiente.

c) Se decae de las bolsas por estar de baja por enfermedad común si se alega como causa de

no aceptación de un contrato más de dos veces en un periodo de tres meses. Es decir, que

una baja por enfermedad común que pase de tres meses puede dejarte fuera de bolsas.

d) También se decae de todas las bolsas si se renuncia en tres ocasiones a un contrato por

tener otro en vigor por cuenta ajena o propia. Es decir, que para estar en bolsas hay que ser

eventual permanentemente al servicio de Correos.

4. En cualquier momento el personal eventual se puede ver obligado a pasar un examen médico

impuesto por la empresa. Correos pretende que este examen médico pueda servir para valorar la

continuidad en las bolsas de empleo. Cabrían 3 calificaciones: apto, no apto (decaimiento de las

bolsas) o no apto temporal (no disponibilidad en las bolsas durante el tiempo que digan los

servicios médicos de Correos).

Esto no le ocurre a ningún trabajador/a, excepto, en todo caso, cuando se entra por primera vez en

una empresa. Los únicos análisis que pueden hacer las empresas son los relativos a la vigilancia de

la salud y tiene carácter voluntario para el trabajador o trabajadora.

5. El sistema de actualización de bolsas que se propone está destinado a mantenerlas inoperantes. La

empresa sólo se verá obligada a abrir las bolsas cuando éstas prácticamente hayan desaparecido.

Así se reserva la posibilidad de canalizar buena parte de contratación fuera de bolsas y del control

sindical, que sólo se hará a posteriori.

6. Las competencias en materia de control de la contratación se transfieren a unas nuevas

Comisiones de Empleo (una estatal y luego zonales) reservadas para los sindicatos firmantes del

convenio, marginando al resto de la representación sindical.
A estas nuevas Comisiones de Empleo se les dan tantas competencias que serán de dudosa

legalidad, porque en la práctica pretenden sustituir a los Comités de Empresa.

Tiempo de trabajo. Distribución de la jornada

La principal moto que está vendiendo algún sindicato es el librado de sábados. Hay que matizar que la

propuesta de Correos es sólo para el personal de reparto ordinario y que no lleva aparejada reducción de

jornada. Se seguirían trabajando las 37,30 horas semanales, pero distribuidas de lunes a viernes. Esto dará

lugar a jornadas diarias de 7,30 horas.

No queremos ser agoreros ni frustrar la expectativas legitimas que el personal de reparto tiene en esta

medida, pero no podemos dejar de recalcar que el interés de la empresa estriba en el recorte de puestos de

trabajo que implica. Si trabajamos media hora más al día, las secciones de reparto serán más largas (se

eliminarán secciones) y los recargos se generalizarán, reduciéndose la plantilla de reparto y la contratación.

Esta medida, a nuestro entender, debe ir acompañada de una reducción de la jornada a 35 horas semanales

para que no tenga impacto en el empleo. No decimos nada del otro mundo o que sea imposible. En la

administración vasca la jornada es de 35 horas.

Pero, además, esta propuesta, tal y como se plantea, discrimina al personal de urgentes, de CTAs y de

oficinas.

Las USEs seguirán trabajando uno de cada tres sábados e incluso se abre la posibilidad de que se metan

horas extras para cubrir todas las secciones.

En oficinas también se mantiene el librado a un tercio y, encima, se facilita que el librado sea sólo de uno

de cada dos cuando las necesidades de plantilla o la cantidad de trabajo así lo exijan.

El librado de sábados del personal de reparto ordinario deja en el alero a otro colectivo, el personal de

sábados, que está movilizándose en estos momentos y que exige una solución al despido tácito que sufren.

Igual no era mala salida que este personal asumiera, con contratos fijos de una vez, los trabajos que

Correos quiera hacer en sábado (¿urgentes, ventanillas y pabellones?) y que el resto de la plantilla,

toda, trabajemos de lunes a viernes.

Otro aspecto incomprensible es la no ampliación de los días del EBEP al personal laboral.

En definitiva, a falta de conocer todavía aspectos muy importantes, la valoración que podemos hacer de las

propuestas de Correos (aún reconociendo un cierto cambio de actitud) es negativa.

No creemos probable que, sin movilizaciones, se consigan avances sustanciales. Si Correos está dejando

para el final las retribuciones, por algo será, pero de momento hay cuestiones más que problemáticas en lo

referente a contratación y jornada y permisos que a nuestro juicio requieren que la

representación sindical nos planteemos la necesidad de unidad frente a la empresa y

que la movilización va a tener que jugar un papel relevante para doblegar la posición

de la empresa.

Malo sería que la plantilla viera frustradas una vez más sus expectativas porque los

sindicatos no estemos a la altura de las circunstancias.

3 comentarios:

  1. Tenéis más razón que un santo. Lo de los sábados es un caramelo envenenado. O nos reducen la jornada o Correos se va a cargar la contratación y mogollón de secciones y puestos de trabajo fijos.

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  2. Anónimo tiene razón(y ESK en su análisis): lo de los sábados en reparto ordinario tiene trampa y es discriminatorio para el resto del personal. Está bien librar los sábados pero tal como lo propone la empresa puede suponer un peligro para el mantenimiento de los puestos de trabajo.

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  3. Los de "administracion" llevan toda la vida sin hacer sabados, acaso eso no es discriminatorio para el resto del personal?. ¿Cual es la trampa? Vamos a trabajar mas de siete horas y media al dia?. ¡¡¡¡¡ Venga ya!!!!!!!!.

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