Sobre el aumento de las
quejas y reclamaciones ¿Recargos o calidad?
En este primer
caso, el turno le toca a los responsables de la Unidad de Distribución de
la Zona 2, que en una hojas de las que se publican como “Noticias Empresa”,
titulada “Reducir las quejas en reparto, objetivo de la Zona para fidelizar al
cliente”, nos anuncian su nueva cruzada: disminuir las quejas y reclamaciones
en el reparto, como paso para mejorar el servicio que se da a nuestros
clientes.
Después del
verano que hemos pasado en muchas unidades de reparto, por la falta de
plantilla, esto suena un poco a broma pesada. (Ver nuestro comunicado en Bizkaia, donde se han sufrido en mayor medida los recortes de este verano)
Parece lógico
deducir que si han aumentado las quejas y reclamaciones en el reparto
durante este verano, algo tendrá que ver la política de contratación por
debajo de las necesidades que se ha implantado y que ha tenido consecuencias
como: secciones sin cubrir, personal eventual obligado a sacar varias secciones
(alternando el reparto cada día), Acumulación de envíos, tanto ordinarios como
registrados…
Por tanto, quienes gestionan
Correos tendrán que elegir entre la calidad o los recortes desmedidos, pero no
podemos permitir que intenten cargar sobre los hombros de los puestos base la
responsabilidad de una falta de calidad. Si las condiciones en las que
nos hacen trabajar no son las idóneas, no pueden exigirnos que lleguemos a las
cotas de calidad deseadas.
Sobre la seguridad en el
reparto. Necesitamos
medios adecuados y no amenazas.
Y el siguiente caso, por el que
Correos no deja de sorprendernos se refiere a la seguridad en el reparto.
Correos anuncia a través de las jefaturas de distribución o reparto y a través
de algunas comunicaciones, la obligación del personal de reparto de custodiar
la correspondencia y amenaza con expedientes, en caso de incumplimiento de los
protocolos. Sin tener en cuenta el crecimiento de la paquetería y otras
circunstancias, de nuevo hace recaer en nuestras espaldas, la de los puestos
base, toda la responsabilidad, sin asumir que la falta de medios y de plantilla
adecuados para que la custodia de la correspondencia pueda hacerse de manera
efectiva, es la verdadera causa del problema.
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