lunes, 21 de octubre de 2013

Correos responsabiliza a las trabajadoras y trabajadores de reparto del aumento de las quejas y reclamaciones y de la seguridad en el reparto

Sobre el aumento de las quejas y reclamaciones ¿Recargos o calidad? 
En este primer caso,  el turno le toca a los responsables de la Unidad de Distribución de la Zona 2, que en una hojas de las que se publican como “Noticias Empresa”, titulada “Reducir las quejas en reparto, objetivo de la Zona para fidelizar al cliente”, nos anuncian su nueva cruzada: disminuir las quejas y reclamaciones en el reparto, como paso para mejorar el servicio que se da a nuestros clientes.
Después del verano que hemos pasado en muchas unidades de reparto, por la falta de plantilla, esto suena un poco a broma pesada.  (Ver nuestro comunicado en Bizkaia, donde se han sufrido en mayor medida los recortes de este verano)
Parece lógico deducir que  si han aumentado las quejas y reclamaciones en el reparto durante este verano,  algo tendrá que ver la política de contratación por debajo de las necesidades que se ha implantado y que ha tenido consecuencias como: secciones sin cubrir, personal eventual obligado a sacar varias secciones (alternando el reparto cada día), Acumulación de envíos, tanto ordinarios como registrados…
Por tanto, quienes gestionan Correos tendrán que elegir entre la calidad o los recortes desmedidos, pero no podemos permitir que intenten cargar sobre los hombros de los puestos base la responsabilidad de una falta de calidad.  Si las condiciones en las que nos hacen trabajar no son las idóneas, no pueden exigirnos que lleguemos a las cotas de calidad deseadas. 
Sobre la seguridad en el reparto. Necesitamos medios adecuados y no amenazas.
Y el siguiente caso, por el que Correos no deja de sorprendernos se refiere a la seguridad en el reparto. Correos anuncia a través de las jefaturas de distribución o reparto y a través de algunas comunicaciones, la obligación del personal de reparto de custodiar la correspondencia y amenaza con expedientes, en caso de incumplimiento de los protocolos. Sin tener en cuenta el crecimiento de la paquetería y otras circunstancias, de nuevo hace recaer en nuestras espaldas, la de los puestos base, toda la responsabilidad, sin asumir que la falta de medios y de plantilla adecuados para que la custodia de la correspondencia pueda hacerse de manera efectiva, es la verdadera causa del problema.




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