miércoles, 2 de octubre de 2013

Solidaridad con un compañero de Madrid

El pasado mes de mayo, la asociación Derecho a Vivir contrató con Correos un envío publicitario sin dirección, con el contenido visible, de propaganda encaminada a pedir al ministro de Justicia que endurezca aún más la Ley del Aborto de 2010. En ese envío se hacía cómplice del asesinato de 300 bebés al día y de genocidio infantil a toda persona que no estuviese de acuerdo con esta petición.
El compañero Eduardo San Juan, cartero del distrito 7 de Madrid, comunicó a su jefe de cartería que ejercía el derecho a la objeción de conciencia y se negaba a sacar a reparto algo que consideraba degradante para la dignidad de las mujeres y que atentaba contra derechos fundamentales de las personas. La respuesta furibunda de la empresa fue abrirle un expediente sancionador por falta grave o muy grave por negarse a repartir 86 impresos (falta que podría conllevar hasta el despido del trabajador).
Ante esta situación, que incluso ha llegado a la mesa del Congreso de los Diputados en forma de pregunta realizada por el parlamentario Gaspar Llamazares, se ha lanzado una campaña de solidaridad cuyo primer paso está siendo una recogida de firmas, para intentar frenar el expediente abierto. 
En este caso se juntan varias cuestiones que algún responsable de la empresa debiera responder: ¿por qué Correos incumple su propia legislación aceptando como publibuzón un envío de propaganda política? Con este proceder se favoreció, abaratando el precio, un envío de una asociación particular, que debería haber circulado sin que fuera visible su contenido. ¿Por qué Correos acepta el envío de objetos “cuya envoltura o cubierta contenga un texto que vulnere un derecho fundamental de la persona” (Real Decreto 1829/1999 de 3 de diciembre)? Obviamente, un texto que te hace cómplice de la muerte de 300 bebés al día vulnera muchos derechos fundamentales de las personas.
En el fondo de todo este asunto aparece el derecho a la objeción de conciencia, que debiéramos tener reconocido. Porque si Correos acepta este tipo de envíos, saltándose su propia normativa, en el futuro podemos vernos obligados a repartir o clasificar otros objetos, por ejemplo con contenido racista, sin que podamos negarnos a hacerlo y con la amenaza de un expediente sancionador siempre presente.


NOTA: Las hojas para la recogida de firmas estarán disponibles en los centros de trabajo junto con un sobre para su envío.

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