viernes, 15 de febrero de 2019

La Inspección de Trabajo de Bizkaia tira de la oreja a Correos (y no para felicitarle, precisamente)

Durante el año 2017, Correos procedió a realizar una obra menor de acondicionamiento y mejora en la oficina de Balmaseda. Obra que, todo hay que decirlo, era absolutamente necesaria dado el grado de dejadez en el que se encontraban las instalaciones.

Una vez finalizadas las obras, a finales de septiembre de 2017, se procedió a la reapertura de la oficina. Desde el primer momento, el resultado de la reforma no nos pareció el apropiado, especialmente en lo referido al espacio destinado a la cartería: un espacio que, según nuestra opinión, no reunía las condiciones mínimas de espacio y salubridad para el desarrollo de las labores diarias de trabajo. Situación que la empresa no quiso modificar, negándose a introducir cambios que mejoraran el resultado de la obra y ante lo cual todos los sindicatos con representación en Bizkaia, de manera conjunta, procedimos a denunciar ante la Inspección de Trabajo y Seguridad Social de Bizkaia.

Aunque ha tardado en llegar, acabamos de conocer la resolución de la Inspección. Como no podía ser de otra manera, la inspectora encargada del caso ha emitido un informe de obligado cumplimiento para que en el plazo de tres meses se solucione el problema de la falta de espacio y se revisen y resuelvan las carencias referidas a la renovación de aire y ventilación existentes en el local destinado a la unidad de reparto. Además advierte a la empresa que, en caso de incumplimiento de la resolución, deberá hacer frente a una sanción económica por cometer una falta tipificada como grave.


Y ahora, Correos no tiene más remedio que enmendar lo que está mal hecho en la reforma y cumplir con lo que marca la ley y la resolución de la Inspección. Con lo fácil que hubiera sido en su momento atender las peticiones de los trabajadores de Balmaseda. Pero no: se prefirió ignorar esas demandas y continuar adelante con un proyecto que primaba más, a la hora del reparto del espacio, a la oficina que a la unidad de reparto. Alguien debiera asumir sus responsabilidades por lo ocurrido. Porque no olvidemos que, al margen de hacer oídos sordos al requerimiento para mejorar el resultado final de la reforma, se ha tenido a la plantilla de esa unidad de reparto trabajando durante más de un año y medio en unas condiciones poco dignas y perjudiciales para la salud.

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