
¿Donde está la adjudicación de septiembre?
Correos se ha acostumbrado a comerse o retrasar la adjudicación de septiembre del concurso de traslados. Siempre argumenta los mismos “problemas técnicos”. La verdad es que ya aburren. En los últimos tres años les ha ocurrido igual. Ya podían haber previsto la solución a los problemas técnicos.
A la dirección le importan poco o nada los agravios que provoca con los retrasos en las adjudicaciones. Hay mucha gente que está esperando el traslado y que en principio cuenta con la adjudicación de septiembre. Son personal fijo discontinuo que está esperando un contrato fijo indefinido o personal fijo (laboral o funcionario) que espera cambiar de puesto de trabajo. Ahora no saben que ocurrirá con esta adjudicación: si se trasladará a otro mes o se la comerá la empresa. En cualquier caso, por lo menos, tienen que esperar un mes más para su deseado traslado.
Pero esto resulta irritante porque el convenio deja muy claro cuántas adjudicaciones tiene que haber y en qué meses tienen que realizarse. ¿Para qué sirven, entonces, los compromisos que la empresa adquiere con la firma del convenio?
Esto es un ejemplo más de la prepotencia con la que se conduce la empresa, que está creando un clima social marcado por el descontento. Queda claro que en esta casa sólo entienden cuando nos movilizamos.
La negociación del convenio y del acuerdo funcionarial lleva 21 meses de retraso. Es intolerable y lo que nos toca es forzar a la empresa a desbloquear la negociación y a presentar propuestas serias en las mesas.
Este otoño, junto con las reivindicaciones para mejorar la nueva Ley Postal, la mejora de nuestras condiciones, vía negociación colectiva, debe ser uno de los ejes de la movilización.
Correos se ha acostumbrado a comerse o retrasar la adjudicación de septiembre del concurso de traslados. Siempre argumenta los mismos “problemas técnicos”. La verdad es que ya aburren. En los últimos tres años les ha ocurrido igual. Ya podían haber previsto la solución a los problemas técnicos.
A la dirección le importan poco o nada los agravios que provoca con los retrasos en las adjudicaciones. Hay mucha gente que está esperando el traslado y que en principio cuenta con la adjudicación de septiembre. Son personal fijo discontinuo que está esperando un contrato fijo indefinido o personal fijo (laboral o funcionario) que espera cambiar de puesto de trabajo. Ahora no saben que ocurrirá con esta adjudicación: si se trasladará a otro mes o se la comerá la empresa. En cualquier caso, por lo menos, tienen que esperar un mes más para su deseado traslado.
Pero esto resulta irritante porque el convenio deja muy claro cuántas adjudicaciones tiene que haber y en qué meses tienen que realizarse. ¿Para qué sirven, entonces, los compromisos que la empresa adquiere con la firma del convenio?
Esto es un ejemplo más de la prepotencia con la que se conduce la empresa, que está creando un clima social marcado por el descontento. Queda claro que en esta casa sólo entienden cuando nos movilizamos.
La negociación del convenio y del acuerdo funcionarial lleva 21 meses de retraso. Es intolerable y lo que nos toca es forzar a la empresa a desbloquear la negociación y a presentar propuestas serias en las mesas.
Este otoño, junto con las reivindicaciones para mejorar la nueva Ley Postal, la mejora de nuestras condiciones, vía negociación colectiva, debe ser uno de los ejes de la movilización.
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