martes, 15 de enero de 2013

PLANES PARA EL FUTURO DE CORREOS (…NO PARA LA PLANTILLA...)


Por fin. Después de casi un año al frente de Correos, “el nuevo presidente” y su equipo directivo dan señales de vida. Primero presentando en diciembre a directivos y profesionales del Grupo Correos el “Plan de Acción 100-300-1500”.Ahora, en enero, saltando a los medios de comunicación para presentar en sociedad el Plan. Eso si: para explicárnoslo a los/as que trabajamos en Correos no ha tenido tiempo, más allá de una misiva en la que nos pedía esfuerzo y compromiso para sacar la empresa adelante: sus prioridades parecen claras y no parecen ser las mismas que las nuestras.
De sus comparecencias ante la prensa, varios aspectos nos llaman la atención. En primer lugar, el anuncio de una inversión de 500 millones de euros con la puesta en marcha del nuevo plan estratégico a cinco años. Según las palabras del presidente, Javier Cuesta, se trata de “aprovechar las fortalezas de la empresa para convertirnos en el mejor proveedor de servicios de comunicación físicos y electrónicos del mercado español. Correos financiará la inversión con recursos propios, sin recurrir ni a un solo euro de financiación externa, manteniendo de esta forma el balance totalmente saneado, sin endeudamiento alguno”. La mencionada inversión se va a dirigir a la modernización de los sistemas informáticos, a la renovación de las más de 2300 oficinas postales o a los acuerdos postales internacionales con China, Portugal o Latinoamérica como mercados estratégicos. Curiosamente, ni un sólo euro para mejorar las condiciones laborales o salariales de la plantilla de Correos, que llevamos padeciendo años y años de perdida de poder adquisitivo y deterioro progresivo de nuestras condiciones laborales y somos los que, en última instancia, tenemos que apechugar con las consecuencias de la puesta en marcha del Plan Estratégico.
Otro aspecto a destacar de la aparición en prensa de nuestro presidente son los proyectos que suponen nuevas funciones (“asistencia a ancianos y personas con baja movilidad para visitarles o comprobar el funcionamiento de dispositivos de asistencia) o ampliación de otras que ya desarrollamos (“inclusión de la paquetería en la recogida domiciliaria”) Lo que no explica es cómo piensan poner en marcha estos proyectos ni si existe suficiente infraestructura para llevarlos adelante, pero mucho nos tememos que, una vez más, se empieza a construir la casa por el tejado y el personal pagaremos, una vez más, la improvisación de los que nos dirigen.
Para acabar, dice nuestro presidente que “la relación con los sindicatos es muy buena y que espera que continúe así ya que es esencial para la buena marcha de una empresa con más de 56.500 empleados” además de asegurar que “no se producirá ningún Expediente de Regulación de Empleo ni ninguna reducción drástica ya que con este plan lo que se pretende es crear actividad que necesite puestos de trabajo”. ¿Por qué asegura que se lleva bien con los sindicatos? ¿Con cuáles? ¿Se refiere, tal vez, a aquellos que se muestran incapaces de sentar a la empresa para hablar de temas importantes para los/as trabajadores/as y que, sin embargo, acuden sin ningún problema cuando la empresa les cita para tratar y firmar, por ejemplo, el acuerdo de reducción de créditos y permisos sindicales? Porque temas pendientes por abordar, más trascendentes que ése para nuestros intereses, hay unos cuantos: reducción de días de AA. PP. y adicionales a las vacaciones; nueva situación (con más penalizaciones) para el personal funcionario cuando esté de baja; continua perdida de empleo, con descenso de la contratación, amortización de plazas o aplicación de estudios de dimensionamiento desmesurados; estudiar la posibilidad de que Correos, una empresa con mucho dinero propio para invertir, utilice parte de ese capital para paliar la continua perdida salarial de sus empleados/as, etc. Todo eso sin olvidar la posibilidad que ofrece la Reforma Laboral de aplicar un ERE en la Administración, que aunque el presidente de Correos insista en que es impensable, nuestro otro presidente, el de la SEPI, Ramón Aguirre, anda buscando cuando apunta que sobra plantilla en la empresa.
Desde luego el panorama no es demasiado alentador. Cambiar esta situación va a requerir un esfuerzo importante y abordarlo desde la mayor unidad sindical posible. Desde Esk, hacemos un llamamiento a todas las organizaciones sindicales para construir una estrategia común en defensa de nuestros derechos. Es el único camino para salir airosos de esta encrucijada.

15 de enero de 2013

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