Dicen que estamos saliendo de la crisis y las estadísticas hablan ya de una leve creación de empleo. Lamentablemente se trata de un crecimiento del empleo muy pequeño y, sobre todo, precario. La inmensa mayoría del empleo creado es eventual y a tiempo parcial, absolutamente insuficiente como medio de vida de nadie.
Sin
embargo, en Correos continua la sangría de empleos. La contratación está en los
niveles más bajos de su historia y, prácticamente, todas las vacantes por
jubilación que se dan en puestos operativos se amortizan y desaparecen.
Pero no sólo se reduce
la plantilla, sino que además se precariza de la mano de los contratos a tiempo
parcial. De momento, se están
implantando en Atención al Cliente y en CTAs, pero no sería de extrañar que
aparecieran también en carterías. Con diferencia, es Red de Oficinas el área
que más usa y abusa de estos contratos.
Los contratos a tiempo
parcial aparecen en Correos en dos circunstancias:
-Mediante contratos
eventuales destinados a sustituir a un titular de jornada completa durante sólo
determinadas horas y durante unos determinados días.
-Como puestos fijos que sustituyen a
puestos fijos de jornada completa indefinidamente.
Para
las patronales y la
Administración se trata de un chollo porque les permite
reducir plantillas estrujando a tope sus posibilidades. Las últimas
modificaciones introducidas en diciembre por el Gobierno del PP todavía
facilitan más el abuso con estos contratos.
Pero
los sindicatos debemos oponernos con los recursos que tenemos, entre ellos la
negociación colectiva.
Ahora
se está iniciando la negociación en Correos. Es el momento para plantear y
arrancar acuerdos que limiten el uso y abuso de los contratos a tiempo parcial.
Hay varias cuestiones sobre las que nos parece importancia incidir:
- Sobre el número de puestos de trabajo de jornada completa que se convierten en jornada a tiempo parcial. No se puede permitir que la empresa destruya todo el empleo a jornada completa que quiera. La dirección de la empresa tiene como criterio reducir lo que ellos llaman “tiempos muertos”. Esto en Red de Oficinas lleva a que las primeras horas de las jornadas sean eliminadas y se contrate al trabajador/a sólo para las horas punta.
- Sobre las horas mínimas que deben recoger los contratos a tiempo parcial. No se pueden admitir contratos de menos de 4 horas. Con la misma filosofía del párrafo anterior no sería de extrañar que nos encontráramos con contratos de una duración miserable.
- Sobre los centros y turnos donde se realizan. En los CTAs hemos visto que se contrata gente de las 2 a las 6 de la madrugada: trabajo nocturno, con horario brutal y además precario.
- Sobre las horas complementarias, extendiendo la posibilidad de realizarlas al máximo, pero siempre sobre la base de la voluntariedad del trabajador/a.
Los
argumentos de la empresa rozan lo miserable. Justifican estos contratos porque,
en caso contrario, desaparecerían completamente los puestos de trabajo, ¡Al
menos creamos algún empleo! Es radicalmente mentira. El objeto de estos
contratos es el de reducir costes sin más. Casi todas las jornadas laborales
tienen algún tiempo muerto, porque es imposible que una persona aguante 7 horas
en su puesto sin parar. De esta manera, si sólo se le contrato 4 horas es más fácil que aguante a tope toda su
jornada (y además, legalmente no tiene derecho a tiempo para descansar). Los
tiempos muertos son un coste que deben asumir las empresas en pro de la
creación de trabajo digno, en pro de un trabajo que sirva para ganarse la vida
no para mendigarla. Un mundo laboral sólo con las horas imprescindibles para la
producción será muy rentable y competitivo, pero socialmente insostenible.
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