lunes, 14 de mayo de 2018

Enfermar no es delito

Acabamos de conocer la noticia de la vuelta a las andadas por parte de la Dirección de Correos en materia de control del absentismo. De esta manera, Correos ha procedido a despedir, en los primeros días de mayo, a tres trabajadores en Madrid y otros dos en Barcelona alegando ausencias al trabajo a causa de bajas continuadas por enfermedad. Bajas que, en todos los casos, contaban con el respaldo de los respectivos facultativos de cabecera de los y las trabajadoras implicadas. Con ser grave e injusta esta actuación, no es la primera vez que Correos actúa así: al calor de la Reforma Laboral de 2012, que desde Esk hemos criticado en numerosas ocasiones, la empresa ya despidió en 2013, por idénticos motivos, a tres trabajadores/as en Barcelona, Madrid e Iruña. Por tanto, se vuelve a constatar que Correos no tiene ningún tipo de impedimento en aplicar los aspectos más regresivos de la reforma laboral del 2012, que da amparo a este tipo de actuaciones.

Una de las mayores preocupaciones que Correos ha demostrado, históricamente, es la de tratar de controlar y reducir los índices de absentismo de su plantilla. Y no porque a la empresa le preocupe especialmente la salud de sus trabajadores y trabajadoras o las condiciones en las que desarrollamos nuestro trabajo, sino porque siempre ha considerado que se hace un uso abusivo de los periodos de baja. Y para intentar conseguirlo, nunca ha dudado en utilizar la presión sobre el personal en situación de baja, mediante la retirada de licencias o las penalizaciones económicas en nuestras nóminas: cualquier método les parece válido para lograr el objetivo de reducir el absentismo, aunque sea a base de despidos como acaba de volver a realizar.

Con esta obsesión de reducir el absentismo como sea, la Dirección de Correos se escuda en la Reforma Laboral del 2012 que le posibilita este tipo de actuaciones tan desproporcionadas. Al amparo de esta reforma se modificó el Estatuto de los Trabajadores y se posibilitó que el absentismo, incluso justificado y apoyado por los partes de baja de los médicos de cabecera, fuera considerado como causa de despido objetivo. Algo que, en su momento, ya calificamos como un auténtico disparate y que en manos de “responsables” como los que dirigen Correos se convierten en instrumentos de castigo y represión ejemplarizante ante el resto de la plantilla 

No ponemos en duda que Correos, a través de medios propios o contratados, tenga legalmente la posibilidad de controlar las bajas, tanto del personal laboral como del personal funcionario. Lo que si cuestionamos es que la solución al absentismo que se da en Correos pueda venir de la mano de medidas tan inaceptables como los despidos. La solución al absentismo pasa por una política real y activa en el área de la salud laboral y por la mejora de las condiciones laborales en los centros de trabajo, algo que Correos tiene cada día más abandonado. Tarea fundamental porque, mientras nadie demuestre lo contrario, la salud es el bien más preciado del que disponemos y enfermar no está tipificado como delito.

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