Las ayudas que nos vienen de la acción social pactada con la empresa siempre han sido muy cicateras y llenas de contradicciones. Parece que intentan ayudar a cubrir algunas de los costes más comunes en la familias pero lo hacen de una manera muy limitada y discriminando a parte de la plantilla.
Por poner algunos ejemplos:
Las ayudas al estudio, por ejemplo, siempre han estado restringidas al personal que tuviera unas circunstancias económicas ajustadas en su familia. Por otra parte, los hijos de más de 18 años y que tengan que cursar estudios en centros privados no reciben ninguna ayuda. Hay que tener en cuenta que algunos estudios se realizan en centros privados por que no se imparten en los públicos o porque no hay sitio.
De las ayudas a la salud siempre han quedado fuera los hijos/hijas en gastos tan frecuentes como los bucodentales y audiovisuales.
Los préstamos sin interés han estado restringidos a un tope y una vez superado no se concedían más adelantos.
Pero, como dicen las leyes de Murphy, “todo lo que puede empeorar empeora”. Este último acuerdo no sólo no mejora las limitaciones históricas de la acción social en Correos sino que las aumenta en dos cuestiones:
1) Sólo recibirán ayudas al estudio el personal que tenga menos de 20.000 € de ingresos íntegros anuales a cargo de Correos. Es decir muy poca gente. Cualquiera que tenga algo de antigüedad, la mayoría de la gente con hijos la tiene, y que haya trabajado las últimas elecciones se pasa de 20.000€.
2) De los préstamos sin interés queda excluido el personal que tenga más de 25.000€ de ingresos íntegros. Otro grupo de gente que queda excluida de la acción social, y aunque se piense lo contrario, muchos puestos base y otros empleados que no tienen salarios de primera se quedan fuera, sin posibilidad de pedir el préstamo.
Este acuerdo de acción social no se puede presentar como un éxito de la negociación porque no lo ha sido. Vamos para atrás como el cangrejo. La empresa, sobre todo, ahorra de los gastos de personal recortando contratación y ahora de acción social. Son tiempos de vacas flacas, difíciles para todos. Pero queremos recordar que las vacas del personal de Correos siempre han estado flacas. Y eventuales y fijos dicontinuos no tienen ninguna posibilidad.
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