Durante el
año 2017, Correos procedió a realizar una obra menor de acondicionamiento y
mejora en la oficina de Balmaseda. Obra que, todo hay que decirlo, era
absolutamente necesaria dado el grado de dejadez en el que se encontraban las
instalaciones.
Una vez finalizadas las
obras, a finales de septiembre de 2017, se procedió a la reapertura de la
oficina. Desde el primer momento, el resultado de la reforma no nos pareció el
apropiado, especialmente en lo referido al espacio destinado a la cartería: un
espacio que, según nuestra opinión, no reunía las condiciones mínimas de
espacio y salubridad para el desarrollo de las labores diarias de trabajo.
Situación que la empresa no quiso modificar, negándose a introducir cambios que
mejoraran el resultado de la obra y ante lo cual todos los sindicatos con
representación en Bizkaia, de manera conjunta, procedimos a denunciar ante la
Inspección de Trabajo y Seguridad Social de Bizkaia.
Aunque ha tardado en
llegar, acabamos de conocer la resolución de la Inspección. Como no podía ser
de otra manera, la inspectora encargada del caso ha emitido un informe de
obligado cumplimiento para que en el plazo de tres meses se solucione el
problema de la falta de espacio y se revisen y resuelvan las carencias
referidas a la renovación de aire y ventilación existentes en el local
destinado a la unidad de reparto. Además advierte a la empresa que, en caso de
incumplimiento de la resolución, deberá hacer frente a una sanción económica
por cometer una falta tipificada como grave.
Y ahora, Correos no
tiene más remedio que enmendar lo que está mal hecho en la reforma y cumplir
con lo que marca la ley y la resolución de la Inspección. Con lo fácil que
hubiera sido en su momento atender las peticiones de los trabajadores de
Balmaseda. Pero no: se prefirió ignorar esas demandas y continuar adelante con
un proyecto que primaba más, a la hora del reparto del espacio, a la oficina
que a la unidad de reparto. Alguien debiera asumir sus responsabilidades por lo
ocurrido. Porque no olvidemos que, al margen de hacer oídos sordos al
requerimiento para mejorar el resultado final de la reforma, se ha tenido a la
plantilla de esa unidad de reparto trabajando durante más de un año y medio en
unas condiciones poco dignas y perjudiciales para la salud.
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