miércoles, 12 de junio de 2019

Concurso de traslados: El desmadre que no cesa

Bajar comunicado

Las cosas que suceden en esta empresa no dejan de causarnos sorpresa. Pensábamos que ya lo habíamos visto y oído casi todo. Pues no. La convocatoria del nuevo proceso de Concurso de Traslados ha vuelto a suponer una vuelta de tuerca más en el capítulo de las sorpresas desagradables para la plantilla. Y esta vez no lo decimos por la forma en que se negocian en Correos estos temas tan importantes y sensibles para el conjunto de los y las que trabajamos en esta empresa: el afamado teatro postal de la negociación en el que la empresa entrega un borrador inicial de condiciones inasumibles y que en sucesivas reuniones empresa-sindicatos firmantes se van limando para aparentar que hay un tira y afloja negociador.

En esta ocasión lo que nos ha causado estupor ha sido parte de las bases del Concurso, en especial la referida al capítulo de méritos. En los últimos años desde la empresa y también desde los sindicatos firmantes están empeñados en la labor de dar aire de normalidad al hecho de que tanto en la Consolidación de Empleo como en las Bolsas de Empleo una parte muy importante de la puntuación de los méritos valorables vengan de la mano de los cursos de formación que, se supone, Correos debe impartir de manera reglada. Como esa premisa no se cumple se abre el campo a la actividad de las academias de formación auspiciadas por los sindicatos que participan en “los procesos de negociación” con la empresa. De esta forma, un colectivo tan vulnerable como el del personal eventual queda desprotegido ante esta forma de organizar los procesos, perdiéndose el principio de igualdad que debe prevalecer y quedando a merced del lucrativo negocio montado por algunos basado en la necesidad de otros.

Ahora le toca el turno a la normativa del Concurso de Traslados. El capítulo de la valoración de méritos es un despropósito: la antigüedad general, la permanencia en la localidad o en el puesto pierden importancia al recortarse su puntuación y en cambio, sorpresa, los cursos de formación empresarial aumentan su valoración de manera desproporcionada.

Que la dirección de Correos pueda tener interés en desvirtuar la importancia de la experiencia y la antigüedad puede ser entendible. Pero que sindicatos que dicen defender los derechos de los y las trabajadoras avalen esta idea y anuncien a bombo y platillo que ofertarán los cursos puntuables para el Concurso de Traslados nos parece el colmo de la incoherencia sindical.

De esta forma, una actividad que debiera ser obligación exclusiva de la empresa y en igualdad de oportunidades para todo el colectivo se convierte en parte del negocio de formación montado por algunos para extender su red de clientelismo, ahora, al conjunto de la plantilla.

Esta actitud mantenida por algunos sindicatos nos parece del todo impresentable. Sobre todo, porque como siempre ocurre, habrá compañeros y compañeras que, con el cambio de la valoración de los méritos, saldrán claramente perjudicadas en su intención de conseguir una plaza de manera continuada o de cambiar de puesto o localidad. No debemos olvidar que colectivos como el personal fijo-discontinuo, al que por cierto la empresa y los sindicatos firmantes metieron hace muchos años ya en un laberinto laboral de difícil salida, o el del personal desplazado, no van a tener más remedio que realizar los cursos de formación porque la antigüedad generada a lo largo de estos años ya no es suficiente garantía para poder tener posibilidades de moverse en el Concurso de Traslados. Una broma, extensible a toda la plantilla, que, a estas alturas de la película, no hace ni puñetera gracia.
 

Junio de 2019

Bajar comunicado

No hay comentarios:

Publicar un comentario